Resonadores. Los resonadores corporales que actúan en la resonancia de la voz.
Los resonadores se encargan de transmitir las frecuencias bajas de la voz por nuestro esqueleto, por ello si te tapas los oídos y hablas, notarás cómo retumba tu voz y la llegas a percibir como sorda, carente de agudos. La resonancia de la voz se apoya en los resonadores corporales, craneal, torácico y facial.
Por consiguiente, los resonadores son ciertas partes de tu cuerpo donde resuena tu voz y se amplifica. Dichos resonadores los poseen todos y cada uno de los seres vivos. En el caso de los humanos, la resonancia de la voz se obtiene por medio de la activación de los resonadores corporales.
Resonadores
El sonido producido en la laringe, por medio de las cuerdas vocales, consigue mayor volumen gracias a los resonadores naturales del cuerpo humano. La boca, las fosas nasales, la faringe y el craneo. La resonancia de la voz en los huesos del craneo se consigue por medio de la colocación de voz.
Resonancia de voz
La resonancia de la voz es una habilidad generada por la potenciación -y refuerzo- del tono de la voz desde las cuerdas vocales y que se amplifica gracias a los resonadores citados. Al impostar la voz, colocándola en los resonadores, se aprovecha la resonancia y -con ello- producimos correctamente nuestra voz sin forzarla.
La fonación, el habla, es producido con la técnica respiratoria. Cuando el aire entra en nuestro cuerpo, aspiración, llena el abdomen y los pulmones. A partir de ahí, la regulación en la salida de ese aire, expiración, permite que -pasando por la caja torácica- llegue hasta la laringe y alcance las cuerdas vocales.
Las cuerdas vocales la modulan en diferentes tonos, sonidos, que serán traducidos a mensajes entendible gracias al grado de habilidad de cada individuo para emitir una expresión verbal. Debido a que el sonido de las cuerdas es algo débil, es primordial amplificarlo con los resonadores.
Resonadores encargados de amplificar la voz
Para amplificar la voz, los resonadores bucales, faríngeos y nasales se encargarán de amplificar determinadas frecuencias de la voz. Esa amplificación es generada -también- por los huesos craneales y faciales.
Al igual que es fundamental que actúe la articulación y la vocalización por medio de los articuladores, la lengua, el paladar, los dientes y los labios, los resonadores han de estar habituados a activarse cuando hablamos.
Cuando los resonadores no están activados, el efecto de amplificar la voz se atenúa; produciéndose el efecto contrario, ya que la voz no sólo no se amplifica, si no que se enmudece.
Resonadores según Grotowski
Jerzy Grotowski propone persigue potenciar la voz a través de la plena conducción de ésta, y la instauración de doctrinas vocales que se basan en la respiración total y el dominio de los resonadores. El actor que persiga alcanzar un dominio de voz en el teatro, ha de asumir como fundamental la respiración completa; respiración torácica y abdominal.
Jerzy Marian Grotowski fue un innovador director de teatro y teórico polaco cuyos enfoques de actuación, formación y producción teatral han influido significativamente en el teatro moderno.
Según Grotowski, la opción para desarrollar y potenciar la voz es utilizando todo el cuerpo como un resonador. Activar los resonadores altos, los de cabeza, permitirá al actor o la actriz alcanzar un sonido más potente y puro. Pero el director aboga por llegar a más, considerando que si la voz se apoya en la resonancia corporal -de manera absoluta- se activarán tonos y amplificación íntegra y ello se evidenciará en una interpretación vocal más creativa y rica en sonoridad.
El Resonador Total
Entonces, tal y como hemos visto, para conseguir activar el resonador completo, las cavidades citadas han de actuar como cajas de resonancia de la voz. Los resonadores y las cavidades supraglóticas, deberán utilizarse de manera consciente para activar la resonancia de la voz.
La faringe se encuentra detrás de la cavidad nasal, se comunica con las fosas nasales y la boca por su parte anterior. Es por ello que el sonido, siempre que se actúe para que discurra por ella y se abra -mediante la elevación/suspensión del paladar blando o velo del paladar– activara los resonadores nasales y bucales.
Ejercitación de resonadores
- Toma aire, de manera profunda, y lleva ese flujo aéreo hasta el abdomen. Concéntrate en expandir el abdomen con la ayuda de la entrada de aire y el apoyo en el diafragma.
- Con los labios unidos, sin hacer presión, pronuncia la consonante «m» y alárgala. «mmmmmmmm…»
- Nota cómo la vibración recorre tu boca, cara, nariz, frente y base del cráneo.
- Percibe el cosquilleo en las comisuras de tus labios.
- Repite este ejercio, pronunciando distintas consonantes como la «n» , «nnnnnnnnnnnnnnnn….» la «l» «llllllllllllllll»
- Añade, a continuación alguna vocal a dichas consonantes: «miiiiiiiiiii» «muuuuuuuuu» «liiiiiiiiiiiii» «laaaaaaaa»
Modulación consonántica
En cuanto a la resonancia de la voz, al pronunciar consonantes suelen oponerse unos y otros resonadores. Exceptuando en las consonantes glóticas, el resto generan intercambios de uso de cada resonador.
Por poner algunos ejemplos que te ayuden a identificarlas:
- Bilabiales: Estas consonantes se articulan por medio del uso de los labios entre sí. La b y la p.
- Labiodentales: Debido a la oposición de los dientes superiores contra el labio inferior. La f y la v.
- Linguodentales: Estas consonantes utilizan la punta de la lengua contra los dientes superiores. La d.
- Alveolares: La oposición de la base de la lengua se une con la región alveolar del paladar. La g.
- Glotales: Se articulan en la glotis mediante presión y no hay cambios bucales o nasales.
- Palatales: Dichas consonantes se consiguen con la oposición de la lengua con el paladar duro. La erre.
- Velares: La oposición de la parte posterior de la lengua con el paladar blando. La jota.
La oclusión glotal, oclusiva glotal sorda o saltillo es una consonante sorda producida por una interrupción del flujo pulmonar de aire en la glotis. El símbolo usado en el Alfabeto Fonético Internacional para representar este sonido es [ʔ]
Varios fonetistas consideran que al menos las glotales «fricativas» no son verdaderas consonantes, sino que representan un estado transicional de la glotis (fonación) sin un lugar específico de articulación; entonces [ɦ] sería una transición pulmónica sonora que podría ser transcrita como [h̤].
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